VERSOS COMO UNA CASA Y LAS NIÑAS O CÓMO SUCEDEN LAS COSAS
marzo 31st, 2017 / Mar Benegas/ 0 comments
Ay, que no tengo tiempo ni de pararme un minuto. Pero es que son taaaaan bonitos, tan bonitos. Por si os apetece echarles un ojo en la librería. Yo ya los he probado en escuelas (con niños y niñas) y con personas adultas, y la verdad es que estoy muuuuy contenta con la acogida que han tenido, espero que os gusten. Además en dos de mis editoriales más queridas, una que guarda mi casa y otra que guarda mi niña.
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“Versos como una casa”, con la mano maravillosa de Francisca Yáñez y editado por A buen paso:
¿No será cada poema una casa?, ¿cada palabra un nido? ¿No será una cabaña en el árbol?
Sí, cada verso recitado y compartido a viva voz, leído y sentido, se levantará como un refugio en el infinito camino del lenguaje, en el complicado camino del vivir. Será lo que nos proteja del frío y nos ayude a reconocernos. Un nido donde poder crecer y alimentarnos. Ese hogar, amable, donde siempre podremos regresar a curarnos del dolor del mundo.
Sí, la poesía es la llave de ese hogar de la infancia: ¿por qué insistimos en dejarla a la intemperie? Mejor construyamos; con nuestra voz y nuestras manos, junto a nuestras niñas y niños; un nido desde el que puedan alzar el vuelo. Y volver, siempre que lo necesiten.
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“Las niñas o cómo suceden las cosas”, con la mano maravillosa de Rocío Araya y editado por Litera Libros:
¿Y si el mundo sucediera gracias a una niña? Ella, que vuela como un pájaro, que lleva en su pico una semilla, que hace crecer todos los árboles, todos los frutos, todos los mares y los ríos. Sí, sucede el mundo y es gracias a ella.
Yo quise nombrarla con estos poemas, decir ese mundo y que un mundo se levante. Y saber ver que son unas manos diminutas las que lo hacen rodar.
¿Y si un libro pudiera ser un homenaje? Sí, a las niñas que nadie nombra, las que no existen. Decir también el dolor y la esperanza, la alegría y el valor. Las cosas pequeñas, las manos pequeñas, la risa grande y una enorme fuerza. Decir l vértigo y el miedo, decir que hay un camino, madres de las madres, hijas de las hijas. Un camino que avanza despacio, que hacer rodar el mundo y que está lleno de todas ellas.
“Las niñas o cómo suceden las cosas”, es una necesidad, es la urgencia de agradecer la verdad primera y devolverle a lo justo su nombre, porque son las niñas las que hacen volar a los pájaros y llegar la primavera.