Me cuesta encontrar las palabras para explicar la sensación que he tenido al leer el trabajo reseñístico de Germán Machado Lens,
poeta uruguayo recientemente afincado en España, al que sigo y admiro
hace tiempo ya. Nunca imaginé que la lectura de La caja de las palabras
pudiera casar/llevar/significarse con los palabras de Walter Benjamin. Y
este hecho me hizo especial ilusión, porque esa cadenita trazada por
Germán me llevó a otro amigo uruguayo, profesor en la universidad de Zaragoza,
y gran conocedor e investigador de la obra de WB, Víctor Manuel Silva
Echeto, al que, no podían alinearse más los acontecimientos, veré el
próximo domingo después de muchos meses, y les llevaré, a él y a
Graciela, La caja de las palabras, para Luana y Mar, sus pequeñas y
también un poco mías, porque por acá los añoramos.
En fin, el camino de las palabras, los libros, los afectos, la vida en
definitiva, emergen de ese modo, tan extrañamente bendecido, y te das
cuenta que todo está tramado con hilos que lo sujetan hasta bien
adentro.
La clarividencia y el hermosísimo texto que extrajo
Germán de la lectura de La caja de las palabras trazó un mapa, no solo
es bello, además me acercó a los recuerdos, y, de alguna manera, los
unió a ellos. Y como dicen Germán y WB, yo, como buena coleccionista de
afectos, los puse en fila, dentro de esa caja imaginaria que es la vida y
el tiempo, y vi como habían crecido, como habían trazado un mismo mapa,
en la misma constelación: Uruguay, palabra, poesía, amigos, libros,
infancia… Y me siento coleccionista, mucho, de estos trazados del
corazón y el alma:

https://machadolens.wordpress.com/2015/03/04/para-tu-coleccion-de-alegorias-la-caja-de-las-palabras-de-mar-benegas-y-eva-vazquez/